Hemos vivido unos días de verdadera angustia en San Juan de Aznalfarache. Desde el lunes, cuando tuvimos noticia de la desaparición de Paula todos, creo que sin excepción, en el pueblo hemos estado alentado a su familia, a sus padres. Los sanjuaneros y sanjuaneras hemos demostrado la calidad humana de un pueblo sabio, acogedor y solidario, enormemente solidario, pero sobre todo respetuoso. Creo que ha sido una lección de saber estar de la gente de San Juan.
El miércoles, al final de la tarde respirábamos con alivio. Ya lo sabéis. Paula aparecía en Granada, en buen estado de salud. Sus padres viajaron a la capital granadina y por la noche ya habían podido abrazar a su hija dejando atrás la incertidumbre y el miedo de algo más de dos días sin saber de ella.
En estos días se ha generado en nuestro pueblo, y también en otras localidades vecinas e incluso en otras provincias, una marea solidaria. Los carteles se han compartido en las redes sociales masivamente, los vecinos han organizado búsquedas, se han colocado carteles en el pueblo, y en otros pueblos. Todo el mundo quería colaborar y lo ha hecho. Sólo se puede sentir orgullo de esta demostración de los sanjuaneros y sanjuaneras. Orgullo y agradecimiento.
Un agradecimiento que hay que trasladar también a las Fuerzas de Seguridad del Estado que han demostrado una vez más su profesionalidad y que han trabajado sin descanso durante estos dos días.
A partir de ahora, sólo nos queda pasar a un segundo plano. Paula es una menor; y aunque no lo fuera. Las circunstancias, los motivos, las causas, no deben interesarnos. Es tarea de la Policía realizar las averiguaciones que correspondan y de la familia decidir qué hace con su intimidad. Desde el Ayuntamiento sólo podemos poner a la disposición de la familia nuestros medios y como vecinos respetar su intimidad, como hemos hecho hasta ahora con una categoría enorme, y apoyarles en lo que necesiten. El resto se queda en casa de cada uno.
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